Històries de còrnia - Javi Martínez, receptor de una córnea con 16 años

Javi Martínez, receptor de una córnea con 16 años

“Pasé de no ver nada, a poder distinguir lo que veía”

Hace ya muchos años que empezó mi historia… tendría yo unos 4 añitos cuando  de un día para otro, me detectaron un herpes en el ojo izquierdo. Yo ni darme cuenta… Pero parece ser que cerraba mucho los ojos ¡Gracias que se dieron cuenta! De hecho, el detonante de este herpes fue la varicela… Curiosidades de la vida.

Con esas edades yo no era consciente de nada, ni de lo que implicaba esta enfermedad que me acaban de diagnosticar ni del camino que me quedaba por recorrer, esto acaba de empezar…

Tenía 4 años y no sabía muy bien que me pasaba

El herpes afectaba a la córnea  y brote tras brote perdí prácticamente toda la visión del ojo izquierdo. Solo veía colores y algunas formas. Nada más. En ese momento, además, me volví hipersensible a la luz y no podía salir de casa sin gafas de sol.

Fueron muchos años de brotes y altibajos, aunque he de decir que nunca fue un gran hándicap, ¡me lo tomaba con alegría!

Hasta los 15 años estuve con mucha medicación, pues aunque un herpes no se puede eliminar, si se pueden mitigar los efectos y estar estable sin mostrar síntomas. Así que una vez estuve estable, me propusieron realizarme un trasplante de córnea. Ya me avisaron de que no podría recuperar el 100% de la visión pero sí que podría llegar a un 60 u 80%, que partiendo de 0%, es mucho. Cuando surge una enfermedad en una edad tan temprana, el cuerpo no acaba de desarrollarse completamente y esto se aplicaba también a mi visión.

Finalmente a los 16 años, solamente unos meses después de dar la aprobación para la operación, me llamaron para co

municarme que había una cornea disponible. En menos de 48h ya estaba operado. Las córneas son un tejido y tienen fecha de caducidad temprana.

La operación no fue larga, al menos no lo recuerdo así, y realmente no sentí nada, el mismo día ya estaba en casa. En estos casos lo peor es el post-operatorio. No podía hacer movimientos bruscos con la cabeza y estuve meses y meses con puntos en el ojo. Fue una larga recuperación. Dos años más tarde, me operaron de cataratas porque al llevar tanto tiempo medicado, esta medicación afectaba al ojo.

Tras la recuperación, los resultados fueron asombrosos

Hoy día, hago una vida normal y aunque esto es para toda la vida, estoy muy estable. Como he dicho, nunca me ha supuesto un hándicap, así que solo me quedan palabras de agradecimiento al donante anónimo, a su familia y a todo el equipo que hace posible estos casos de éxito. Con 5, 10 o 15 años no asimilaba todo lo que me estaba pasando pero ahora lo veo con otros ojos… Cada día soy más consciente de la importancia de las donaciones.