Històries de medul·la - Míriam De Tena, trasplantada de médula osea

Míriam De Tena, trasplantada de médula osea

“A mi donante, una mujer americana con 4 hijos, me gustaría escribirle”

Míriam De Tena, trasplantada de médula

En junio de 2017 me encontraba muy cansada y al hacerme una analítica me derivaron a más pruebas y me dijeron que tenía leucemia.

Tenían dudas sobre el tipo de leucemia que era y me hicieron 4 punciones de médula. A partir de entonces empezaron con un tratamiento en pastillas. Pero en 5 meses me hice inmune a la medicación. Y en diciembre me dijeron que tenía muchas opciones de acabar con un trasplante de médula.

Me dijeron que tenía muchas opciones de acabar con un trasplante de médula

Por aquel entonces yo ya no trabajaba y mi vida en Málaga había cambiado mucho. Todo eran médicos y ir al hospital.

En abril del año pasado me vine a Barcelona, al Hospital Clínic, porque mi padre trabajaba aquí y ya me quedé.

Fue llegar al Clínic y ir todo muy rápido porque yo estaba mal. Una pasada la atención que he recibido allí, siempre. El día de mi cumpleaños, el 6 de mayo, fue cuando ingresé y empezaron con el tratamiento de mantenimiento pero ya preparándome para el trasplante.

Me dijeron que había una donante de 39 años de América

Estuve en lista de espera del REDMO hasta el 10 de julio, que me dijeron que había una donante de 39 años de América, que había tenido 4 hijos y con muchas células.  Ya se que no se puede, pero me gustaría escribirle una carta. Sé que a través de la Fundación Josep Carreras y si ella quiere, se la pueden hacer llegar. Me encantaría poderle agradecer su gesto y que sea consciente de lo importante que ha sido para mi.

He contado que me pusieron 7 litros de sangre i plaquetas

El 23 de agosto me hicieron el trasplante. Tuve algunas ‘cosillas’  que todos los que pasamos por aquí sabemos, pero ahora estoy más o menos bien, tengo un poco de rechazo en las mucosas pero estoy contenta. Estoy estable. Voy cada dos meses al control rutinario, me hacen análisis y me pinchan.

Entre las tres tandas de quimio que me hicieron, he contado que me pusieron 7 litros de sangre y plaquetas. Eso son muchos donantes a quienes también tengo que agradecer que haya podido hacer todo el proceso.

Yo viví el trasplante como si fuera una fiesta, porque estaba psicológicamente y físicamente muy fuerte. Me acuerdo que cuando me llamaron estaba en las fiestas de Gracia, paseando tranquila. Me dijeron que a la mañana siguiente tenía que estar en el hospital para el trasplante. Y yo lo viví como si fuera una transfusión.

Fue una pasada porque hice la recuperación en casa. Venía la enfermera, o yo iba al hospital cada pocos días. Y aquí estoy. Con el agradecimiento a tantas personas que me han ayudado que llevaré siempre en conmigo.